Otra fuente importante del mercado de las prepagas habló de ciertos rebusques que van adoptando los consumidores en el último tiempo, con las nuevas reglas de juego. Por ejemplo, después de que un medicamento contra la acidez estomacal de uso masivo como el Omeprazol de 20 miligramos dejó de tener cobertura: "Mucha gente le pide a su médico que le recete el de 40 miligramos y toman la mitad", contó.
Hay dos datos, finalmente, que hablan de las implicancias de estas decisiones de la ANMAT, uno político y otro económico: el primero es que el organismo -aún con alguna desprolijidad desconcertante como el tope de 400 mg- está haciendo los deberes, tratando de cumplir con las exigencias del Ejecutivo de pasar una cuota periódica de medicamentos de venta bajo receta a venta libre. Lo de la acetilcisteína, tal como salió la norma, tendría menos peso sanitario que administrativo, ya que la presentación usada mayoritariamente es la de 600 mg.
El segundo dato es que, según pudo saber Clarín, hubo un proyecto para que el pase a venta libre incluyera también la presentación de 600 mg, pero fue descartado por el supuesto peligro que implicaba que esa dosis adquiriera el nuevo status. Sin embargo, fuentes de la industria consideraron que incluso la dosis más alta de acetilcisteína es muy segura -de hecho por mostrador se vende muchas veces sin receta-, y vincularon la decisión conservadora más a algún tipo de resistencia del mercado por potenciales perjuicios comerciales que a lo que hubiera provocado el hecho desde el punto de vista médico.