Nápoli diferenció la situación de Estados Unidos, que entró al Acuerdo de París por decreto y puede salir por la misma vía, de lo que ocurre en Argentina, que adhirió a través de la Ley 27.270 aprobada en septiembre de 2016, durante el gobierno de Mauricio Macri. "Esto no forma parte de las facultades delegadas de la Ley Bases, así que necesita pasar por el Congreso", explicó.
Para lograrlo, el Gobierno "va a tener que torcer a todos los que votaron todo lo contrario hace unos años, que son muchos, casi toda la oposición", ya que "el presidente Macri fue uno de los principales impulsores del Acuerdo de París en su momento". En caso de que lo consiguiera, el paso siguiente sería comunicar la decisión a la Conferencia Marco de Cambio Climático para que establezca los protocolos de salida, que demoran aproximadamente un año.
Si esto se concreta, tendría un impacto directo en los proyectos de adaptación y mitigación que se llevan adelante en Argentina gracias a los fondos de financiamiento climático. "Tiene que ver, por ejemplo, con el riesgo agropecuario, prevención de incendios, manejo de bosques, ganadería sostenible, forestal, transporte urbano", enumeró Nápoli.
"Hay una gran contradicción, porque Argentina le está tocando la puerta a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y precisamente uno de los requisitos para ingresar es tener una hoja de ruta climática específica vinculada al Acuerdo de París", sostuvo el abogado. Añadió que la Unión Europea plantea la misma condición para llegar a un acuerdo con el Mercosur.
"Una cosa es ver a Trump cuando enuncia sus políticas y otra es qué hace después: enuncia una política con grandes títulos y después negocia. No veo que Argentina esté en el mismo camino", analizó. "Puede ser un gran anuncio de estos que se dan todo el tiempo para correr la discusión a otro lado, pero no le veo muchas posibilidades porque es muy contradictorio con lo que Argentina tiene que hacer a nivel internacional", agregó.
Nápoli remarcó que salir del Acuerdo de París "necesariamente va a desacelerar los cambios que se necesitan en este momento, fundamentalmente la transición energética y políticas de desarrollo sostenible; va a dificultar las negociaciones y Argentina se va a aislar totalmente de la comunidad internacional. No entiendo cuál es el beneficio de quedar aislado", concluyó.